¿Tu equipo defiende bien pero le cuesta salir rápido al contraataque? ¿Te gustaría que tus jugadores aprovecharan mejor las recuperaciones para generar peligro? En este artículo aprenderás una tarea analítica y progresiva para trabajar el contraataque en fútbol, adaptable a cualquier categoría y nivel técnico o táctico.
Es un ejercicio ideal para automatizar los movimientos ofensivos tras robo de balón, mejorar la ocupación de los pasillos, y desarrollar la velocidad y potencia aeróbica de los jugadores.
Objetivos del ejercicio
El objetivo principal de esta tarea es entrenar el contraataque de forma analítica, es decir, paso a paso y con correcciones continuas del entrenador.
Con este ejercicio conseguirás:
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Mejorar la coordinación ofensiva en las transiciones rápidas.
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Trabajar la velocidad de ejecución y la precisión en el pase.
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Fomentar la ocupación racional de los pasillos.
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Desarrollar la potencia aeróbica y la velocidad con balón.
Es una tarea aplicable tanto en fútbol base como en categorías amateur o profesionales.
Organización y disposición en el campo
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Espacio: campo completo de fútbol 7.
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Porterías: una en cada fondo con sus respectivos porteros.
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Jugadores: todos los futbolistas del equipo, incluidos defensas, centrocampistas y delanteros.
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Material necesario: conos para delimitar los pasillos, balones y petos.
Distribución:
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En una portería colocamos al portero con varios balones.
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Frente a él, los jugadores defensivos (centrales, laterales, mediocentros).
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En el campo rival, situamos al otro portero y varios delanteros.
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Dividimos el campo en tres o cinco pasillos verticales (según el nivel de los jugadores).
Desarrollo del ejercicio
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El portero inicia la acción con un saque hacia un delantero que acude a recibir al centro del campo, generalmente de espaldas a portería.
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El delantero controla el balón y juega de cara con uno de los jugadores que vienen desde atrás.
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Al mismo tiempo, otros dos o tres jugadores inician carreras por los pasillos libres, buscando profundidad.
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El jugador que recibe debe conducir y soltar el balón en el momento oportuno, activando el contraataque.
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Se genera una acción de 3 contra 1 o 3 contra el portero, que debe finalizar siempre en gol.
Esta es la fase inicial o analítica, sin oposición, centrada en la coordinación y la sincronización de movimientos.
Reglas y consignas básicas
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Cada jugador debe ocupar un pasillo diferente; no se deben repetir.
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Los jugadores pueden cruzarse entre pasillos, pero nunca compartir el mismo.
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El balón debe moverse con pocos toques y máxima precisión.
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El contraataque debe finalizar rápido y con definición.
El objetivo es que los jugadores interioricen el concepto de amplitud y profundidad, tan importantes en el juego directo y las transiciones rápidas.
Progresión del ejercicio: introducción de la defensa
Una vez que los jugadores dominan la fase sin oposición, se introducen uno o dos defensas para aumentar la dificultad y la toma de decisiones.
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Nivel 1: el defensa acompaña al delantero sin robar, solo presiona.
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Nivel 2: el defensa puede anticipar o interceptar el pase, obligando al delantero a proteger mejor el balón.
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Nivel 3: se añaden dos defensas para crear un tres contra dos, incorporando así el concepto de cobertura y temporización ofensiva.
En esta fase, los delanteros deben proteger el balón, girar, fijar rivales y soltar el pase en el momento justo, mientras los compañeros atacan los espacios con desmarques de ruptura.
El jugador con balón debe conducir, atraer defensas y decidir el momento exacto para pasar, buscando siempre la profundidad y el desequilibrio.
Aspectos tácticos que se trabajan
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Recepción de espaldas y descarga rápida.
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Desmarques en los pasillos laterales y centrales.
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Ocupación racional del espacio y sincronización.
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Temporización ofensiva (esperar el momento exacto para el pase).
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Finalización en superioridad numérica.
Estos principios son esenciales para construir equipos capaces de salir rápido al contraataque con eficacia y precisión.
Recomendaciones para el entrenador
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Empieza con series cortas (30 a 45 segundos) y descansa entre repeticiones.
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Aumenta la dificultad progresivamente (oposición, espacio, número de jugadores).
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Refuerza la comunicación entre líneas (portero, mediocentro, delanteros).
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Exige intensidad y precisión: cada acción debe hacerse al 100%.
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Finaliza cada serie con retroalimentación y corrección táctica.
Con la práctica repetida, los jugadores aprenderán a reaccionar automáticamente tras el robo y a convertir las transiciones en goles.
Conclusión
Este ejercicio de contraataque es una herramienta fundamental para cualquier entrenador que busque mejorar la transición defensa-ataque de su equipo. Permite trabajar la velocidad, la coordinación y la eficacia ofensiva en un entorno realista y adaptable a cualquier nivel.
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