Si eres entrenador de fútbol y deseas mejorar el control orientado de tus jugadores, estás en el lugar indicado. Hoy te traemos una tarea estructurada en cuatro fases, desde lo más sencillo hasta lo más complejo, para que puedas llevar a tus jugadores paso a paso y lograr que dominen este aspecto técnico fundamental para el juego. ¡Acompáñame y te mostraré cómo hacerlo de forma fácil y efectiva!
Fase 1: iniciando con lo básico – control orientado en espacios reducidos
La primera fase del ejercicio es sencilla pero esencial. Comenzaremos dividiendo a los jugadores en grupos de tres y colocándolos dentro de un pequeño cuadrado, delimitado por conos o setas. En este espacio, habrá dos jugadores con balón y uno sin balón. El jugador con balón pasará el balón al compañero sin balón, quien deberá realizar un control orientado, ya sea hacia la derecha o hacia la izquierda, y devolver el pase. El jugador que pasa el balón inicialmente, después de su pase, correrá hacia el otro lado para recibir el balón de nuevo.
Este ejercicio tiene como objetivo principal enseñar a los jugadores a realizar el control orientado de manera precisa, moviendo el balón en la dirección más conveniente para su siguiente acción. Además, se les debe explicar que deben utilizar la pierna adecuada: con la derecha hacia la derecha y con la izquierda hacia la izquierda. Es esencial que trabajen ambos lados del cuerpo para desarrollar una mayor habilidad y versatilidad en el control del balón.
Fase 2: introduciendo la presión
Una vez que los jugadores han dominado la fase inicial, el siguiente paso es aumentar la dificultad añadiendo presión. Ahora, el ejercicio seguirá siendo el mismo, pero con una variación importante: después de pasar el balón, el jugador que realiza el pase debe rodear una de las setas interiores que hemos colocado en el campo, es decir, debe generar una presión sobre el jugador que recibe el balón. Esta presión puede venir desde uno de los dos lados de las setas.
El jugador que recibe el pase debe realizar un control orientado, no solo en función de la dirección en que desea moverse, sino también teniendo en cuenta la presión que recibe de los defensores. Aquí, los jugadores tendrán que aprender a decidir rápidamente hacia qué lado hacer el control orientado, dependiendo de dónde provenga la presión. Esta fase fomenta la toma de decisiones bajo presión y les enseña a los jugadores a manejar las situaciones de estrés, tan comunes en un partido real.
Fase 3: ampliando el espacio y la complejidad
Cuando los jugadores ya se sienten cómodos realizando el control orientado bajo presión, el siguiente paso es aumentar el tamaño del campo de juego. En esta fase, colocaremos varios grupos de tres jugadores en una zona más grande, donde se encontrarán con una serie de setas en el suelo. El objetivo es que los jugadores se pasen el balón entre ellos, pero evitando que el balón toque las setas.
Este ejercicio les obliga a moverse por toda la zona, recibiendo y pasando el balón sin que el balón entre en contacto con las setas. Además, cuando reciban el balón, deberán hacer un control orientado en la dirección opuesta a la seta más cercana. Si no hay setas cercanas, podrán controlar el balón hacia el lado que consideren más conveniente, pero siempre teniendo en cuenta la disposición del campo y la ubicación de sus compañeros.
Esta fase les permite trabajar el control orientado en un espacio más grande, con más jugadores involucrados y más variables que considerar. Aquí, los jugadores deben estar más atentos a las ubicaciones de los demás y aprender a moverse con el balón mientras observan a sus compañeros y las setas en el campo.
Fase 4: introducción de la defensa y juego real
En la fase final, vamos a introducir más realismo al ejercicio añadiendo defensores al juego. En lugar de solo evitar las setas, los jugadores deberán enfrentarse a la presión de los defensores. La tarea consistirá en hacer un control orientado que no solo evite las setas, sino que también evite al defensor, por lo que tendrán que realizar un doble control orientado: uno para eludir la seta y otro para evitar la intervención del defensor.
Este es el nivel más avanzado de la tarea, y los jugadores deberán aplicar lo aprendido en las fases anteriores mientras se enfrentan a situaciones de juego más reales. La clave aquí es la toma de decisiones rápida y eficaz: ¿debo hacer un control orientado hacia la seta para eludirla, o debo hacer el control orientado hacia otro lado para evitar la presión del defensor? A medida que los jugadores vayan dominando este ejercicio, puedes aumentar el número de defensores para hacer la tarea aún más desafiante.
Trabajar el control orientado de tus jugadores es fundamental para su desarrollo técnico, y con este ejercicio puedes llevarlos de lo más sencillo a lo más complicado, trabajando tanto la técnica individual como la toma de decisiones en situaciones de presión. Recuerda que es importante practicar estas fases tantas veces como sea necesario, incluso durante varios días o semanas, hasta que los jugadores lo dominen por completo.
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