Si estás buscando una tarea que permita mejorar el trabajo defensivo de tu equipo, hoy te traigo una excelente opción. Esta es una posesión focalizada en dos aspectos clave: la presión defensiva y las ayudas defensivas. A través de este ejercicio, tus jugadores podrán trabajar en la coordinación y la solidaridad defensiva, aspectos fundamentales para crear un bloque compacto y difícil de romper. A continuación, te detallo cómo realizarlo y sus variantes.
Preparación y explicación del ejercicio
Este ejercicio se lleva a cabo en una zona amplia del campo. Para comenzar, se colocan los jugadores de la siguiente manera:
- En los dos laterales de la zona, coloca dos jugadores en cada lado (jugadores exteriores).
- En la zona más estrecha, coloca un jugador.
- Dentro de la zona de posesión, puedes colocar entre tres y cuatro jugadores.
En esta disposición, los jugadores amarillos son los que poseen el balón y los jugadores rojos son los defensores. Para aumentar la dificultad, puedes incluir más jugadores defensores, lo que genera una mayor densidad en la zona y aumenta las posibilidades de robo de balón. El objetivo para los jugadores amarillos es mover el balón libremente, tratando de evitar que los jugadores rojos se lo roben.
La clave en este ejercicio es poner el foco en la defensa, específicamente en cómo los jugadores rojos presionan y ayudan a sus compañeros de equipo en situaciones de presión. Los entrenadores deben asegurarse de que los jugadores defensivos entiendan y ejecuten las siguientes instrucciones.
La primera parte del ejercicio: la orientación de la presión
Uno de los puntos más importantes de este ejercicio es enseñar a los jugadores a orientar correctamente la presión. El primer defensor (el más cercano al portador del balón) no debe ir directamente en línea recta hacia el balón. En lugar de esto, debe moverse en una curva para bloquear las posibles líneas de pase y obligar al portador del balón a elegir una opción menos favorable.
Mientras tanto, los jugadores situados detrás del primer defensor deben estar atentos para ofrecer ayudas. Esto significa que deben estar en constante movimiento para interceptar posibles líneas de pase, con el objetivo de forzar un error en la circulación del balón. Es fundamental que la defensa se organice siempre en una estructura de triángulo. Esta formación aumenta la cobertura de las posibles líneas de pase y garantiza que siempre haya alguien en posición para interceptar o presionar al portador del balón.
En este ejercicio, si los defensores logran robar el balón, ganan un punto. Por otro lado, si los jugadores amarillos logran mover el balón y salir de la zona de presión, los jugadores rojos deben reorganizarse para volver a presionar.
La segunda parte del ejercicio: trabajar en bloque
Es importante recalcar que los defensores no deben actuar de manera individual. El trabajo en equipo es esencial, ya que los jugadores rojos deben moverse de manera coordinada para cubrir todas las posibles líneas de pase y hacer más difícil que el balón llegue a un receptor desmarcado.
En el caso de que el balón pase a otro jugador en la zona, la presión debe seguir siendo colectiva. El defensor que más cerca esté del nuevo poseedor del balón debe orientar su presión, mientras que los demás jugadores deben ajustar sus posiciones para cubrir otras opciones. Si los defensores se mueven en bloque, aumentando la solidez defensiva, las posibilidades de robo aumentarán considerablemente.
Al igual que en la parte anterior, los defensores deben mantenerse en una estructura de triángulo. Este patrón no solo cubre las líneas de pase, sino que también facilita las ayudas defensivas y las coberturas. Es fundamental que los jugadores rojos tengan siempre en mente que el trabajo defensivo es un esfuerzo colectivo, y que solo con una buena organización defensiva podrán hacer frente a los ataques del equipo contrario.
Variante del ejercicio: añadir realismo
Una variante que se puede aplicar a este ejercicio es permitir que los defensores salgan de la zona de presión solo cuando el balón ha sido recibido por el jugador contrario. Esto aumenta el realismo del ejercicio, ya que en un partido real los defensores solo pueden presionar cuando un jugador recibe el balón, no antes.
Con esta modificación, se fomenta que los defensores estén atentos a las posibles amenazas y esperen el momento adecuado para presionar. Esta variante también promueve que los jugadores ofensivos se apoyen más cerca del balón, lo que hace que la tarea sea más realista y se asemeje más a lo que ocurriría en un partido de fútbol real.
Consejos finales
Este ejercicio es bastante complejo y requiere repetición constante para que los jugadores logren dominar los conceptos defensivos. Asegúrate de corregir y guiar a tus jugadores con paciencia, ya que lo normal es que cometan errores en sus primeras repeticiones. Sin embargo, a medida que practiquen y mejoren, el equipo desarrollará una defensa más compacta y efectiva.
En resumen, este ejercicio no solo ayuda a tus jugadores a mejorar su presión y ayudas defensivas, sino que también fortalece el trabajo en equipo, un aspecto esencial para cualquier defensa exitosa. Con repeticiones y correcciones constantes, tus jugadores se sentirán mucho más cómodos en situaciones de presión durante los partidos.
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